Páginas

21 may 2014

¡¡Mi reino por una hoja en blanco!!

Escribo estas líneas mientras Lluna, mi gata, me mira reojo. Lo hace siempre que me siento delante del PC. Dentro de unos minutos, se levantará, se estirará y, sutilmente, se sentará a mi lado. Me dará cabezadas, diciendo: «Eh, deja de escribir. Estoy aquí. Acaríciame. Mímame».
Lluna sabe, y yo también, que necesito escribir. Y ambas sabemos el porqué.

Todo el mundo habla de llevar una vida saludable. Hacer deporte, comer sano... para tener un cuerpo bien (que no 10) y combatir posibles enfermedades. Nos recuerdan, y yo también, que debemos movernos (los escritores somos un poco sedentarios, pero sólo un poco)
Además del cuerpo sano, nos invitan a tener una mente sana: leer mucho, jugar con el cubo de Rubik, hacer sudokus y sopas de letras...
Yo misma os he invitado a leer enumerando las muchas ventajas para nuestra salud.

¿Y el alma? Me viene a la mente una imagen de Mafalda con una tirita, preguntándose cómo pegarla en el alma.
Hay muchas formas de curar nuestro interior, empezando por generar endorfinas (haciendo ejercicio y otros...) y la que más me gusta a mí: escribir.

Escribir sana.

Cuando era adolescente, sin saberlo, escribía cuando me enfadaba con mi hermano. Escribía todo lo que pensaba, sin censuras, desparramaba todo el coraje y, poco a poco, sin darme cuenta, el enfado desaparecía. Ponía punto y final y echaba el escrito a la basura. Nunca más recordaba la razón de mi enfado (una gran ventaja para mi hermano y para mí)

Con los años, me he dado cuenta de que escribir cura mis heridas y me hace ver las cosas con otro prisma. Así, con la palabra escrita decido qué quiero guardar en mi alma y qué quiero borrar.

Ya lo decía Jordi Sierra i Fabra: «No hay que ir al psiquiatra, hay que escribir».

Usagi también quiere su hoja en blanco.

Así que ya sabéis, os ofrezco mi reino (todo inventado por mí) por una hoja en blanco.

Nos leemos el miércoles, cazadores.

Imagen: tenpointsforgifindor.

No hay comentarios: